Mediante la segmentación semántica, las clases de defectos entrenados se pueden localizar con precisión de píxel. Esto permite a los usuarios, por ejemplo, resolver tareas de inspección, que anteriormente no se podían realizar, o solo con un esfuerzo significativo de programación.
La electrónica actual permite integrar en sistemas embebidos el software de clasificación, pudiendo desarrollar equipos compactos y de bajo coste.